Sobrevivió al cáncer, pero tuvo que pagar un alto precio. Rechaza Sobrevivió al Sobrevivio al cáncer, pero tuvo que pagar un alto precio. Rechaza usar su prótesis y prefiere tenerla de imán en la heladera.
Un hombre de Lancashire, Reino Unido, sobrevivió al cáncer de nariz pero perdió el cartílago que le daba forma, por lo que ahora necesita una prótesis porque de lo contrario debe respirar por un agujero en el centro de su cara.
Determinado a no quedarse sin su preciada prótesis, Bert Eastham, de 64 años, le adjuntó un imán para adherirla a la puerta heladera de su casa de Chroley, en Lancashire. "Mi nueva nariz me dio libertad para vivir, pero me daba miedo perderla", explicó el hombre, según el sitio inglés The Sun.
"Solía dormir con mi nariz prostética, pero una noche se me salió y cayó en mis pantuflas. Cuando me levanté en el medio de la noche, me paré sobre ella y me llevé el susto de mi vida", contó. A partir de ese episodio, el hombre reparó en los imanes que quedaban adheridos a la heladera de su casa.
"Ahora hay veces en que cocino con mi nariz en la heladera... sólo para divertirme. No puedo esperar a irme de vacaciones para pasar por los puestos de seguridad porque me la voy a tener que sacar. Seguro que los guardias nunca habrán visto esto", relató.
Eastham, quien vive con su mujer de 62 años, Olwyn, padeció cáncer nasal en 2009, pero los técnicos desarrollaron una prótesis para él después de que tuviera que lidiar con las miradas de asombro y asco de adultos y adolescentes.
Determinado a no quedarse sin su preciada prótesis, Bert Eastham, de 64 años, le adjuntó un imán para adherirla a la puerta heladera de su casa de Chroley, en Lancashire. "Mi nueva nariz me dio libertad para vivir, pero me daba miedo perderla", explicó el hombre, según el sitio inglés The Sun.
"Solía dormir con mi nariz prostética, pero una noche se me salió y cayó en mis pantuflas. Cuando me levanté en el medio de la noche, me paré sobre ella y me llevé el susto de mi vida", contó. A partir de ese episodio, el hombre reparó en los imanes que quedaban adheridos a la heladera de su casa.
"Ahora hay veces en que cocino con mi nariz en la heladera... sólo para divertirme. No puedo esperar a irme de vacaciones para pasar por los puestos de seguridad porque me la voy a tener que sacar. Seguro que los guardias nunca habrán visto esto", relató.
Eastham, quien vive con su mujer de 62 años, Olwyn, padeció cáncer nasal en 2009, pero los técnicos desarrollaron una prótesis para él después de que tuviera que lidiar con las miradas de asombro y asco de adultos y adolescentes.
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